23 de marzo de 2010

Levantarme

Y me encontré con la cama vacía...

La calma tibia del cuarto me acogía en mi sueño. Un rayo de sol se coló por mi ventana, aquel estúpido rayo que el otro día te sorprendía a ti. Me desperté dentro de mi estado de somnolencia, mi mente racional se negó a abrir los ojos, gritandome a voces que esta vez no tendria besos ni abrazos nuevos. Respiré hondo, fingí escuchar tu respiración, respiré hondo de nuevo... me permití volver a apretar tu pijama contra mi, perderme de nuevo en su olor. Ya lo sabía, no estabas. No estás. El ojo de tigre que llevo en el cuello, me devolvía a la tierra en su mejor de las formas, suavemente. Una caricia más a tu pijama, una lucha más contra el nudo de mi garganta para intentar tragar. ¿Realmente has existido?
El llanto de mi hijo me hace saltar de la cama y coger un pijama. Comienza el día. Cuando estoy vistiendome miles de pequeñas voces calladas y silenciosas me reclaman. Me doy la vuelta ¿Que pasa?
-Estamos aqui, existimos y ella también.
Me sonrio, las levanto a la cama, las abro. Las toco. Vienen a mi mente recuerdos y el Cuarzo Prasio. Viene la Iglesia de la Cienciología y viene tus risas, el bocata de calamares, el abuelo de la foto, la pajillera oficial, viene la primera noche a tu lado, tu y yo frente al altar de Ella, viene el tocarte sin tocarte, el milagro de tenerte a mi lado, el sofá de Gaia, tu dedicación.
De nuevo mi risa, ahora mezclada con lágrimas, mientras las acaricio a todas.
Tu citrino sentencia
-Volverá, lo sabes.
-Lo se -sonrio- claro que lo se.
Te amo :)

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