28 de enero de 2011

El armario...

El autobús llega y a lo lejos adivino tu imagen en el fondo del pasillo, incluso pese a estar oscuras. A mi lado, un chico espera a su novia, lo se porque ha estado hablando durante 10 minutos con el colega por teléfono y se lo ha dejado claro varias veces, sin parar de quejarse.
-Joe tronco, si pudiera librarme de venir estaría con vosotros, de cañitas!
Trago saliva pensando en la pobre chica, que viene del trabajo creyéndose que su novio la espera con el corazón y no con la obligación de estar ahí.
Dos minutos más tarde, nuestra espera termina, el ya tiene a su chica y yo tengo te tengo a ti. Sus brazos la rodean y se dan un beso de película. La abraza, la vuelve a besar y se marchan camino a casa. La gente a su alrededor sonríe.
-Son jóvenes- comenta alguien.
-A su edad yo también estaba enamorado-dice un viejo amablemente.

Nosotras nos miramos a los ojos, hace dos días mientras veníamos de Madrid tras pasar la tarde con unos amigos, un neo-nazi que venía en el bus se pasó el viaje intimidándonos con la mirada. Tuvimos que hacer mil piruetas para escapar a la salida y coger un taxi gastándonos parte del dinero que teníamos para esa semana. Así que el miedo hace que nos mostremos cautelosas, al menos ahora que esta tan reciente y la risa enferma de ese pobre diablo aún se asoma por mi mente de vez en cuando.

Dos besos castos en la cara, quizás retrasando un poco el contacto con la piel
-¿Como estás princesa?- te digo, comiéndome las ganas de hacerte un mimo en tu nariz que otra vez viene roja por el frío.
-Bien, cansada, B ha dado mucho trabajo en clase hoy.
Andamos un par de pasos cogidas del brazo, como dos amigas que han salido a pasear. A mi con ir así a veces me basta, prefiero ir de tu mano que en Alcalá es mejor no correr riesgos.
Me cuentas tu día y B ha decidido pintarte la pizarra con crema de manos y hacerte perder más  de la mitad de la clase. Las lágrimas se asoman por tus ojos y solo puedo abrazarte timidamente, no vaya a ser que alguna de las pijas madres de tus alumnos pasen por el centro y nos vean. Imaginate, una lesbiana dando clases a sus hijos, a saber lo que piensan hacer después con sus examenes! Igual tienen algún mal pensamiento. 
Como cada día, cogemos el camino a casa, mientras apretamos la mano fuerte, dentro del abrigo, un tipo más se queda mirando con cara de mosqueo cuando pasamos por el parque de los Caballos y siento como desde mi estómago sube una bola de fuego, que hace que me plantee si de verdad soy una persona pacífica. Pasa por mi cabeza la idea de mudarnos de ciudad otra vez, porque aunque no vivimos en el centro, tampoco es que nuestro barrio brille por su libertad. Llegamos a casa, llamamos al ascensor y cuando las puertas se cierran nos damos el primer beso de la tarde que dura justo hasta que las puertas del ascensor se abren 10 pisos después. Entramos en casa, por fin libres para ser, sentir y estar nos abrazamos y tu te derrumbas gracias a la graciosilla de tu alumna que una vez más ha decidido que te pagaban para aguantar sus payasadas. 

-Ven, mi amor, sientate-te digo bajito.

Nos vamos al sofá y entre arrumacos y mimos nos dormimos, sin querer. El sol nos despierta y una llamada te saca de la rutina habitual. Sin más explicaciones que dos mentiras mal echadas tu jefa te dice que no vayas más. Y sobre nuestras manos llenas de amor y nuestras tazas de café humeantes sobrevuela la duda que siempre nos asaltara ¿Será que al final nos vieron?

27 de enero de 2011

Te amo, para siempre, te amo :)

No das respuestas
ni luz a mi jardín,
y no hay guerrero
que descanse en ti.
No hay luna de agosto,
ni lluvia de abril,
que no haya dormido
antes en ti.
Eres pequeña
como una estrella fugaz,
como el universo
antes de estallar.
Vuelas como la risa,
como el diente de león.
Si yo te miento,
tú lo haces mejor.
Ahora dime qué te han de ofrecer
la tardes perdidas, tu sangre en mi piel,
la casa cansada, la manta en el sofá,
la tele encendida, las ganas de llorar.
Y ahora dime qué te van a dar
la paz en tu vientre, la calma del mar,
gaviotas cansadas, mi sombra en el sofá,
la brasa encendida, las ganas de matar.
Eres la copa rota,
el mar en que me adentro,
viento que susurra,
el tálamo desecho,
ácido en mis ojos,
el café de mis mañanas,
la mano en el sexo,
el rumor de batalla.
No das respuestas
ni luz a mi jardín,
y no hay guerrero
que descanse en ti.
No hay luna de agosto,
ni lluvia de abril,
que no haya dormido
antes en ti.

19 de enero de 2011

9 años, Gracias :)

Hoy no me he levantado inspirada, más bien tengo la pluma seca y los labios cerrados.
No quiero dejar pasar el día sin darte como siempre, cada año las gracias en público por todo lo que haces por mi, por Alex y por Raquel.Por seguir compartiendo tu vida conmigo de la forma que la compartes, por aceptar que a veces las cosas no tienen nombre. Por tu mano siempre fuerte y tu paso siempre firme cuando necesito seguir avanzando.
Por que por ti, hace un año me fui a Grecia, porque tenemos el niño más precioso del mundo...
Y porque ¿sabes que? que el año que viene hacemos 10 años por fin, se que me debes algo que no tengo muy claro que es, pero.... ¡lo encontraré!
Feliz aniversario guapo, te quiero.