28 de agosto de 2013

Ella

Ella viene a casa, se cuela en medio de un ritual y 8 mujeres enfadadas con un mundo demasiado masculino y patriarcal decoran sus lágrimas con serpientes rojas y negras.
Ella, viene a casa, se fuma un cigarro y se columpia en el humo del tabaco buscando un futuro mejor para su hija de cuatro años, que apenas entiende lo que está pasando.
Ella que viene a casa y lucha contra su fe y su mismo Dios, ante lo evidente, lo que la mueve y lo que ve.
Ella, que en el fondo de su ser sabe que es una luchadora, apagada por un miserable que no merece ni el aire que respira cada día, construye su futuro montada en una baraja de tarot y un par de abrazos en la ventana de mi cocina.
Por ella, porque sus raices mantengan el arbol quebrado que ahora es y renazca, por ella y por su inquebrantable fe, por ella y por sus ganas innatas de renacer, por ella y por sus ojos marrones chocolate que se te clavan en el alma cuando ya, después de 3 horas hablando no sabes ni que decir, por ella, para que vuele y por todas las que estan como ellas, mis palabras alzan hoy muy alto y ojalá tocaran el cielo, ojalá llegara el mensaje para todos los que alguna vez cortaron la libertad de quien a su lado camina y entendieran lo que de verdad significa Amar.

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