29 de junio de 2006

Llega el verano y con el, mucha gente se olvida de su mejor amigo en la carretera...


Por un momento imaginate, siendo niño de nuevo en tu inocencia plena, que mamá un buen día te lleva a dar un paseo en coche. No te gusta mucho el coche, pero por estar con ella no solo subes sin rechistar sino que además pones la mejor de tus sonrisas. Eres feliz, estás contento, te preguntas a donde irás y que sorpresas te aguardan en un día maravilloso.

Mamá, enfila una carretera que sale de la ciudad. “Bien, vamos al campo”, piensas y te descubres riendo porque la idea de correr un rato entre la naturaleza hace que te olvides del ajetreo de la ciudad. Mamá no sonrie, apenas te mira pero piensas que esta ocupada conduciendo, asi que tu no molestas.

El coche se para, te pide que salgas. Bueno, quizás quiera enseñarte un arbol extraño o invitarte a un refresco para aplacar el calor de el agosto más caluroso que recuerdas. Quizás tenga un trozo de chocolate escondido entre las hierbas solo para darte una sorpresa. Las puertas se cierran, mamá sale corriendo hacía el coche y arranca, piensas que es un juego y sales corriendo tras el coche que evidentemente es inalcanzable.

Tu primer impulso es llorar. Luego tu lógica, sin maldad quiere pensar que mamá volverá. Ella siempre vuelve. Es como cuando se marcha a trabajar. Asi que te sientas a esperar. A la hora, tienes hambre, no has merendado pensando en el sandwich que mamá habría preparado para ti. Las tripas te crujen pero aprietas los labios cual valiente y sigues esperandola.

Pasa otra hora y empiezas a sentirte muy solo, temes que ya no sea un juego. Quizás mamá se haya perdido en el camino y no sea capaz de buscarte. Sabes que dentro de esos coches que pasan a toda velocidad por la carretera hay personas, como mami. Intentas pararlos, quizás ellos te ayuden a ir a casa. Mamá debe de estar preocupada. Te olvidas del hambre, de la sed y del mareo que te produce el calor y te pones a gritar a todo pulmón... pareces un perro ladrando, ahora entiendes porque los perros ladran tan fuerte... Cuando intentas parar a un coche solo recibes un fuerte pitido que te asusta más todavía. Rompes a llorar. Lo único que quieres es tumbarte en el sofá nada más. Volver a jugar con tu pelota, las cosas que haces siempre... Lloras, lloras, lloras y desesperado enfilas la carretera para buscar tu casa....

Posiblemente a ti en ese momento te recogería una patrulla de policia o de la guardia civil y te ayudarían a buscar a mamá. La diferencia es que, cuando tu abandonas a tu animal el único destino que le espera es la muerte. Un animal, con la inocencia de un niño, con la bondad de quien lo ha dado todo para no defraudarte jamás, el único triste destino que tiene si evita que lo atropellen es acabar en una fría jaula de perrera soñando con que volverás a por el.

Te imaginas solo, muerto de calor, de sed, abandonado en medio de un carretera preguntandote porque mamá no vuelve a recogerte y te da unas galletas con tu vasito de leche? Te lo imaginas? Llegas a sentir esa desesperación?

Entonces, por qué lo abandonas a tu perro o gato? El te aseguro, jamás lo haría.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Una sobrecogedora historia que nunca acabará a menos que nos concienciemos todos de que un perro, un gato, o cualquier mascota, no son un mero juguete, son seres vivos y por tanto, tienen el mismo derecho que los humanos a vivir con dignidad.

Si te gustan los animales y quieres tenerlos a tu cuidado, plantéate antes que efectivamente puedes tar tu vida por ellos igual que ellos la darán por tí.

Besos!

Anónimo dijo...

Estoy completamente de acuerdo con el comentario efectuado por SmileF y es por eso que en su día le aplaudí la idea de no querer separar a los 2 gatos que él tiene, pues al fín de cuentas es como separar a una madre de sus hijos cuando son muy pequeños. Besitos mi niña y cuídate mucho.

Anónimo dijo...

Sí, pero dejemos los asuntos personales en según qué lugares, vale?

No obstante, gracias.

Peque dijo...

Si, mejor si, en otro sitio. Que esto es mi casita.