7 de marzo de 2006

Y es que no existe nada que pueda ser, mejor que recorrerte al amanecer...

Me levanto, te miro y pienso que no merece la pena, ni siquiera respirar. Estando a tu lado, ya respiro, solo con mirarte.
Me siento en la cama mientras te contemplo, descubro un suspiro en el que quiero vivir eternamente.
Descubro la vida que quiero saliendo por cada uno de tus poros.
La boca donde siempre quiero dormir.

Mientras me pienso cual será la mejor forma de despertarte, para darte un día esplendido, me recreo en tu cuello, tus manos, tu cuerpo. Tu pequeño y eterno cuerpo.

No me separaría de ti ni un solo minuto. Si de mi dependiera.
Si me di dependiera, la tristeza solo te rozaría. No más para recordarte que la felicidad debería ser tu estado de ánimo, por defecto y sin dudarlo.

Si de mi dependiera, un mundo te construiria, donde no existiesen tantas injusticias y donde sonreir fuera el trabajo de cada día.

Y mientras de despiertas, se que cuando estoy contigo, pese a mis dudas, pese a mis fracasos. Pese a mis celos y pese a que a veces me inunda el llanto. Me convenzo de que la vida a tu lado, poco a poco toma sentido.

Te quiero D.

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