Cuando llega la lluvia yo siempre me siento como en casa.
Es esa sensación que tienes después de haber llegado del trabajo, cuando te pones el pijama y por fin sientes paz, después del largo día.
Es como ese beso que esperas y al final llega. Llenando tus labios de vida.
Cuando llueve en Madrid, la ciudad tosca y dura que es, se convierte en melancolica a la vista de mis ojos. La gente se pone más nerviosa pero el aire huele a limpio. La lluvia limpia los humos tal cual como limpia mi corazón.
Odio los paraguas. ¿Quizás fui un arbol en mi otra vida? ;)
Llueve que llueve.... el agua se mueve....
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