La playa

Hablando en aquella playa los ojos de los dos, no podían expresar con
suficiente claridad, lo que de verdad sus almas deseaban. Se miraban, reían,
hablaban, pero se morían por rozar sus labios.

Es la emoción del principio, la verguenza de pedirle un beso a un
desconocido, el deseo oculto que todos queremos liberar. La tensión de los
primeros piropos. Y las olas seguían mirandolos.

Esa playa había visto muchas veces la escena. Dos chicos, que se conocen y
van allí huyendo de la infernal música de las discotecas. Antaño hubiera
sido huyendo de las infernales miradas de unos padres que no querían ni el
mas minimo roce fisico hasta que no hubiera matrimonio de por medio.

Ella se quejó de que tenía frio, cuando tenía mas fuego en su corazón que la
mayor caldera de la tierra. El, asi como quien no quiere la cosa, se abrió
el abrigo, y se lo prestó con la ilusión de pensar que ella tenía su abrigo
puesto.

Ninguno de los dos, sabían lo que le esperaba.

El se levantó y le tendío la mano. La llevo a la orilla. Y no pudo hacer
otra cosa que abrazarla. El olor de su cuello lo embriagó. La sal, la
colonia, los besos deseados, y su abrazo se mezclaron haciendo un cocktel
explosivo. Los dos temblaban, cuando el sintió una mano debajo de su camisa,
que hacía surcos. Los escalofríos recorrian su espalda. Los dos pararon en
seco.

Como si de una melodía desencadenada se tratase, sus bocas se fueron
acercando marcando el compás que dictaban sus corazones. El le acarició el
cuello mientras sentía sus labios cerca. Una mano tomó su cintura.La atrajo
para si, atrapandola, haciendola suya y deseando que fuera asi siempre.

Los nervios pasaron, tenía la sensación de haber nacido para recorrer aquel
cuerpo. No podía dejar de mirar sus transparentes ojos, recordandole el tiempo
que habían estado buscandose sin encontrarse, cuando sin más se tenían siempre
ahi.


Esto lo empecé inspirandome en el primer dia saliendo con David. En los nervios
que sentí, en esa playa.
Gracias David.